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Violencia, conflicto, guerra, desafortunadamente son palabras que nos tienen acostumbrados. Las oímos al día a día sin prestar atención de lo que realmente quieren decir. De hecho, muchas veces definimos paz como la falta de guerra o violencia, y es que o todo el mundo entiende estos conceptos de la misma forma. Es fácil que la idea de guerra de una persona pacifista sea muy diferente a la de un militar. Se mire por donde se mire, los datos hablan solos: se calcula que en el año 2020 el número de muertos y heridos por las guerras y la violencia superará el número de muertos por enfermedades como la malaria y el sarampión. Este dato es bárbaro, teniendo en cuenta que las guerras las provocamos los propios humanos y se podrían evitar. Aunque existe un Derecho Internacional Humanitario, no existe ningún tratado que prohíba una guerra, por amoral que parezca.
A lo largo del DAC veremos porqué se generan las guerras, quién se aprovecha de ellas y qué desencadenan. Como siempre, los que acaban sufriéndolas son los civiles inocentes de ambos bandos. Entonces, ¿quién gana? |
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La guerra es el fracaso del dialogo, lo que no significa que todos los líderes mundiales intenten el diálogo antes de enfrascarse en una guerra.
Su finalidad es defender intereses políticos, económicos, religiosos, aunque sus motivos reales nunca suelen ser los que nos cuentan y nunca son independientes los unos de los otros.
¿Quién gana a quien en una guerra? Los fabricantes de armas y las empresas que reconstruirán lo devastado siempre salen ganando. ¿Quien pierde? El 90% de las víctimas son civiles. Miles de muertes, exilios, campos de refugiados, mutilaciones por las minas antipersona, niños soldado… La cola es larga. |