En una lámina de plástico duro semi transparente, calcamos tres veces la plantilla de un triángulo equilátero. En el último, añadimos una pestaña.
Tras recortar la figura, marcamos las líneas con la regla y un punzón.
Sobre cada triángulo, dibujamos aleatoriamente pequeños rectángulos.
Los recortamos con el cúter y con mucho cuidado. Atención, es un paso muy laborioso y requiere ayuda de un adulto.
Rociamos con pegamento en spray los rectángulos resultantes. Luego los cubrimos con serrín y los pintamos de color marrón.
Repetimos el proceso en el plástico, pero sin pintar.
Giramos la lámina recortada y cubrimos algunos huecos con trozos de papel de seda y otros con tela de saco.
Volvemos a girar la lámina: pegamos los rectángulos que antes hemos pintado.
Cerramos la pirámide pegando la pestaña al triángulo.
Por último, introducimos el portalámparas que podemos sujetar con una base de alambre. |