Si te pido que cuentes hasta diez, empezarás por el 1. Pero cuando la NASA se prepara para lanzar una nave al espacio, la cuenta atrás acaba en el cero. Esto es una simple anécdota, pero tal vez nos sirva  para ver que tenemos al cero un poco marginado. Y la verdad es que tardó mucho tiempo en ser creado. Al principio se creó el uno: un lobo o una manada de lobos son 1. El 2  tardó un poco más, había que darse cuenta que hay cosas que tienen semejanzas: dos brazos, dos piernas….

Así que al principio existía el 1, el 2 y el resto de números se englobaba en un “muchos” genérico. A partir de ahí, a medida que el cerebro se hacía más complejo aparecieron más números, pero el último en llegar fue el cero. Y aunque llegó tarde, su importancia es fundamental.

El cero es un invento mucho más reciente que el resto de los números. Los primeros humanos no lo necesitaban para nada porque básicamente sumaban y restaban (cojo 4 manzanas y el tipo de la cueva de al lado se come 2).

Pero el cero es un instrumento muy poderoso según donde lo pongas. Muchos ceros detrás de un 1 te pueden convertir en millonario y detrás de una coma hacen las cosas muy pequeñas. El cero convertirte en cero a todo el que se multiplique por él. Y lleva a un sinsentido a los que se quieren dividir por él.