Primero hacemos nuestro dibujo sobre un papel de seda.
En un bastidor o marco de madera, sujetamos con chinchetas el pañuelo de seda liso. Nos aseguramos de que quede tensado.
Debajo de éste, colocamos el dibujo (con alfileres) y lo calcamos a lápiz.
Tras apartar el papel, en el pañuelo repasamos todas las líneas con gutta transparente. Es importante llegar hasta el final de cada línea.
Pintamos el dibujo con pinturas especiales para seda.
En algunas zonas, añadimos una pizca de sal.
Cuando la pintura se haya secado, apartamos la sal con un pincel.
Quitamos el pañuelo del bastidor y lo planchamos por detrás sobre un trapo de algodón. |