Podemos empezar preguntándonos qué queremos expresar: una imagen, una situación, un sentimiento. En este caso no se trata de imitar la realidad sino de representarla según nuestra visión.
Dibujamos a lápiz un esbozo muy simple de la imagen que queremos transmitir.
A partir de aquí vamos rellenando los espacios con diferentes pinturas; una de ellas, puede estar mezclada con serrín.
También podemos salpicar algunas gotas de pintura, pintar sobre pintado o arrastrar el pincel para que se mezclen los colores.
Podemos colocar serrín sobre una capa de cola blanco o utilizar una pinza de la ropa para esparcir nueva pintura.
Para empezar a pintar, lo importante es desinhibirse y no tener miedo a probar. Buen trabajo ¡y suerte! |