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Todos tenemos una noción básica
de cuando alguien está vivo o muerto:
nos fijamos en si respira, si su corazón
late... es decir, nos fijamos en sus constantes
vitales. Las constantes vitales son el signo
externo de que los procesos básicos
que sostienen la vida están teniendo
lugar: pulso, respiración, temperatura
y presión arterial. Su medida es
muy importante en la evaluación de
la salud de una persona y conocer cuáles
son sus valores normales, a qué se
deben sus alteraciones o cómo podemos
reanimar a alguien que ha dejado de respirar
puede, literalmente, salvarnos la vida. |